Hay cosas que no se notan… hasta que fallan.
El email masivo, por ejemplo.
Funciona, sí. Pero cuando tienes que enviar muchos, empiezas a darte cuenta de que no todas las herramientas están preparadas para el volumen real. No hablo de 500 correos. Ni de 5.000. Estoy hablando de cientos de miles, o millones. Y ahí es donde muchas plataformas se quedan cortas, o lo que es peor: te complican la vida.
A nosotros nos pasó. Durante una campaña para un ecommerce que vendía como churros, las limitaciones de la plataforma de email que usábamos se convirtieron en un problema real. Lentitud. Correos que no llegaban. Soporte por ticket que tardaba días. Y una curva de aprendizaje digna de sacarte un máster en desesperación.
Por eso te hablo de Mailrelay. Porque si trabajas en marketing digital o estás montando algo grande, necesitas una herramienta pensada para grandes volúmenes desde el minuto uno. No una que “funcione más o menos” hasta que la base de datos crece. Sino una que esté hecha para escalar sin dramas.
No es solo lo que ofrece Mailrealy, es cómo lo hace
Mailrelay lleva años en esto. Pero no se ha quedado atrás. Tiene una de las cuentas gratuitas más potentes del mercado. Y no es postureo: puedes comprobarlo tú mismo con envíos reales a gran escala. Sin trampa ni cartón. Además, si te surge una duda, tienes personas al otro lado, no bots. Soporte real, también en el plan gratuito.
Eso, en campañas grandes, es oro.
Porque cuando algo se atasca y necesitas enviar 400.000 correos hoy, no puedes permitirte esperar 72 horas a que alguien revise un ticket.
Y luego está la herramienta en sí: limpia, intuitiva, sin adornos que estorben. No hace falta ser técnico. En un rato ya sabes cómo montar una campaña, segmentar tu base de datos o revisar estadísticas. Tiene todo lo que necesitas y nada que sobre. Y eso se agradece.
¿Para quién tiene sentido?
Para negocios que están creciendo en serio. Ecommerce con bases de datos grandes. Medios digitales que necesitan enviar boletines informativos sin que acaben en la carpeta de spam. Empresas que quieren automatizar sin morir en el intento. Y también para emprendedores que no quieren pasarse semanas aprendiendo a usar una plataforma cuando podrían estar vendiendo.
Lo mejor: puedes probarla gratis sin dejar la tarjeta. Si no te convence, no sigues. Pero si estás manejando listas de suscriptores grandes, puede que no quieras volver a otra.
En resumen:
- Envíos masivos de verdad, sin bloqueos ni restricciones absurdas.
- Cuenta gratuita amplia, para probar de verdad, no de juguete.
- Soporte humano y especializado, aunque no pagues.
- Interfaz fácil de usar, incluso si nunca has tocado una herramienta de este tipo.
- Una empresa con recorrido, no una startup improvisada.